30.1.11

Túnez, Yemen, Argelia, Líbano, Egipto. La llamada revolución de los jazmines estalla en varios países árabes; quieren derrocar los regímenes autrocráticos e instaurar democracias. Joder, hasta aquí todo genial, todo Occidente os apoya y se siente contento de que por fin hayáis dado ese paso, lo raro es que no lo diéseis antes.
En Egipto, la policía ha desaparecido misteriosamente de las calles, se ha volatilizado. El presidente, Hosni Mubarak no sabe qué hacer, ha cortado Internet y ha ordenado el cierre de la televisión árabe Al-Jazzera, la más crítica con su gobierno.
La tierra de los faraones, Kemet, la de las Dos Coronas, la unión del Loto y el Papiro, la alianza entre Horus y Seth, el milagro del dios Hapy y las fuentes del Nilo. Maat ya no reina sobre la tierra, la regla sagrada que rige el universo ha sido sustituida por Isfet, la personificación del Caos. Los faraones son meros espectadores, están confinados en las salas del Museo del Cairo, tras la ilusoria protección de los muros de arenisca y las vitrinas de cristal.
Anoche, los devoradores de sombras entraron al sanctasantorun del templo, el naos sagrado donde reposan los más insignes faraones y tesoros de una cultura milenaria. El pueblo protegía el magnífico edificio construido en 1902. El superior de todas las antiguedades egipcias, Zahi Hawass, montaba guardia en la puerta principal empuñando un garrote contra los chacales que bajaron del desierto.
Sin embargo, toda protección fue vana, los devoradores de sombras entraron por el tejado y se dieron a la labor más castigada en el antiguo Egipto, destruir todos los objetos sagrados con saña. Llegaron a penetrar en la sala de las momias, quemando algunas y llevándose otras. Incluso contemplaron cara a cara al orgullo de la nación, miraron a los ojos de cornalina de la máscara funeraria del faraón Tutankhamon.
Estos son todos los datos filtrados, no se sabe la magnitud del desastre, la información facilitada por el ejército y el vídeo transmitido sólo muestran los pasillos que se abren al centro del museo, nada sabemos del estado del resto del patrimonio de la humanidad.
Seguramente a la mayoría de la gente le importará más bien poco todo esto, estamos acostumbrados a ver sin observar, a oír sin escuchar. Pero yo llevo todo el día con la lágrima fuera, qué le voy a hacer, soy así, venero esa tierra negra rodeada de ardientes desiertos. Mis cartas a las Reyes Magos estaban siempre llenas de tratados de egiptología de Araldo da Luca, Auguste Mariette o Christian Jacq, me descompongo cada vez que veo la momia y la triste imitación que hacen de la tierra de los faraones.
Vamos en retroceso, cada vez más. Podemos crear vida artificial, clonar personas, llevar perros a pasear a la Luna, levantar torres más altas que la de Babilonia, pero seguimos fallando en lo básico, no evolucionamos como personas. ¿Alguien sabía que en Egipto las mujeres tenían más derechos civiles que los hombres? ¿O que la gran mayoría de las medicinas que nos tomamos ahora estaban ya recogidas en las inmensas Casas de Vida de los templos? Quizás deberíamos hacer examen de conciencia, mirar atrás, y pensar, si realmente nos gusta en lo que se está convirtiendo el mundo.


La foto, Egipto en Madrid, mi lugar preferido, la colina primigenia de Debod, de donde salieron las siete parejas de dioses que crearon el mundo.

26.1.11


 El comienzo del año ha superado mi cuota de optimismo, he de decirlo; la ventaja de que nuestra amada universidad se intenté dar aires de grandeza europeos está en tener exámenes antes de vacaciones. Hacer la del pulpo no está mal y un "vámonos a Tánger" no está de más. Y más cuando llegas para cambiar de maletas y bajar hasta la capital hispalense.
Tener dos asignaturas de derecho y ninguna de diseño gráfico en comunicación audiovisual, que mi querido gobierno se gaste el dinero destinado a becas y no sepa de dónde sacar fondos para pagarlas. Simple fórmula de la contradicción, aparente manera para sacarme de quicio en una cuesta del primer mes que se está haciendo eterna.
Hace días que mis pies se quejan de hipotermia y el termostato está a 30º, o llega el buen tiempo o voy a empezar mi hibernación cual oso amoroso.