22.11.10



Si hoy me hubiese olvidado de lo políticamente correcto, habría sacado la motosierra y cortado un par de cabezas inútiles.

Algún día se me olvidará, yo sólo estoy avisando.


18.11.10

Matemos el arte.



Un váter en una sala, limpio, por supuesto. Ese fue el inicio de todo. Así fue como Duchamp empezó el inicio del fin del arte, al menos tal y como era hasta ese momento.
Lejos han quedado las pinceladas maestras de Van Loo o el escoplo mágico de Bernini. Ahora la vida es arte, nosotros somos arte andante. Un día me levanto inspirado y quiero denunciar que los perros hagan sus necesidades en las calles, así que cojo un montón de zurullitos, los meto en una bolsa de plástico y los coloco en un pedestal blanco bajo un foco que los ilumine bien. Voilà, me convertí en un genial artista que si sabe de qué hilos tirar, terminará convirtiéndose en una obra de arte andante, un rey Midas de los galeristas.

Quizás esto no sea otra cosa que la deidificación del hombre, el control y dominio del arte por las masas. Ya no sólo los artistas de la antiguas escuelas pueden crearlo, todo individuo puede hacer arte.

En la escuelas de Bellas Artes tiene más nota quien disfraza una botella vacía de Heineken de torero que los que buscan expresarse realmente mediando el arte.
Cualquier fan del arte moderno me soltaría ahora mismo que digo todo esto porque no entiendo de arte (cosa que dista mucho de ser cierta) pero ¿lo entendéis vosotros?
La prueba está cuando meten en una importante feria de arte un cuadro pintado por niños en un juego de guardería. La reacción de los expertos; magnífica expresión de la angustia y de la tristeza, un cuadro complejo con mucha meditación, pintor con mucha experiencia, una carga sexual reprimida.

Parece ser que el arte se convierte en un juego

"a ver quien dice la tontería más grande".

La foto; arte en movimiento.

12.11.10



Cuando te levantas y estás a punto de perder la vida, los días parecen mejores. Y es que ¿quién me mandaría a mí tener la tonta manía de secarme el pelo todas las mañanas?

Era una mañana como cualquier otra. Me costó levantarme, encendí la calefacción y me sumergí en una ducha de agua hirviendo capaz de escaldar a un pollo evitando mirarme en cualquiera de los múltiples espejos, soy de manías fijas. Salgo, vuelvo al mi cuarto, enciendo el ordenador, me pongo algo de ropa y vuelvo al baño a secarme el pelo. BUM. Explota, sin más, después de 19 años a mi lado decide dejarme, pero se ve que andaba resentido por tantos años de servicio, porque intentó llevarme con él con una señora descarga eléctrica. Gracias a los santos plomos que les dio por saltar, sino sería una humeante masa de carne (más aún).

Estoy en un estado de extraña felicidad, no es que las cosas vayan mejor, porque sigo sin encontrar trabajo y cada día me mandan más trabajos, toda una paradoja. Se trata de algo más, como si algo hubiese hecho click, como una de esas frases tan manidas tipo la vida está para vivirla.

Y ya que estamos, fuera complejos, que me apetecía. Y una cosa más, el sexo sólo es sucio si se hace bien.